Tema 5 el mundo social
de 3 a 6 años
Para que el niño tenga un buen desarrollo es imprescindible
el apoyo de otras personas
Entre los 3 y 6 años el niño comienza a definirse a sí
mismo, empieza a entender emociones complejas y a predecir la conducta de los demás
en función de cómo se siente
Se integran dos cuestiones en la identidad y personalidad
del niño:
-
Implicación del ser: varón, mujer
-
Comprensión de normas morales
Entre los 15 y 18 meses los bebes se pueden reconocer en un
espejo, debido a esto podemos decir que el niño se reconoce como un ser:
-
Independiente
-
Diferente del resto, en cuanto al físico
-
Aparecen los pronombres personales en el
lenguaje
-
Entre los 3 y 6 años los niños muestran
conciencia de sí mismos a través del lenguaje. Reflejan lo que les caracteriza
y no forma parte del “yo”
Los niños entre 3 y 6 años tienen cierta comprensión de los
rasgos más sobresalientes, de los estados emocionales y de la relación causal
entre los acontecimientos y las emociones. Aunque en este periodo, no pueden atribuir
dos cualidades a una persona, si pueden catalogarlas
A partir de los 6 años los niños ya no insistirán para
conseguir algo, sino que empezaran usar estrategias (negociación)
La sensación de incapacidad puede llevar a sentimientos
propios de la depresión, los niños están protegidos de esto gracias a dos
elementos:
-
El niño no puede elaborar por sí mismo una visión
realista sobre sus propias capacidades
-
La actitud de los padres hacia el niño le crea
un visión de “super niño”
Para un niño entre 3 y 6 años el mundo afectivo emocional es
lo mas importante, de ahí que el niño tenga tanto interés por satisfacer sus
necesidades afectivas, estas empiezas con la creación de amistades
A los 3 años juegan en solitario o paralelo y juegos simple,
pero ya con 4 años desarrollan juegos más complejos donde muestran sus miedos y
escenas cotidianas adaptadas a los rolles de genero
Piaget defiende que el niño pequeño tiene una moral heterónoma,
basada en la obediencia de la autoridad y en el cumplimiento de las normas. También
afirma que el niño no considera la intencionalidad a la hora de juzgar las conductas.
Miriam Chivite González
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